La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos ha emitido la primera multa de su historia contra una empresa por su contribución a la creciente contaminación espacial. Dish Network, una compañía de servicios de comunicación, ha sido sancionada con una penalización de 150 mil dólares debido a su incorrecta gestión de un satélite que puso en riesgo la seguridad de la órbita terrestre.
La violación de Dish Network y la respuesta de la FCC La FCC, conocida por sus siglas en inglés, tomó esta decisión después de que Dish Network no cumpliera con los estándares requeridos para la eliminación segura de un satélite en desuso, el EchoStar-7. En un comunicado, la FCC declaró que la empresa violó la ley al mover el satélite a una órbita mucho más baja de lo que se exigía, poniendo en peligro la integridad de otros satélites en funcionamiento.
La compañía había prometido inicialmente reubicar el satélite a una altitud de 300 kilómetros por encima de su órbita geoestacionaria una vez que dejara de funcionar. Sin embargo, después de 20 años de operación, Dish Network se dio cuenta de que el satélite tenía un nivel de combustible insuficiente para llevar a cabo esta maniobra según lo planeado. Como resultado, el satélite fue retirado y colocado en una órbita mucho más baja, a solo 122 kilómetros por encima de su órbita geoestacionaria.
Loyaan Egal, jefe de la Oficina de Cumplimiento de la FCC, comentó al respecto: “A medida que las operaciones satelitales se vuelven más prevalentes y la economía espacial se acelera, debemos asegurarnos de que los operadores cumplan con sus compromisos”.
Responsabilidad y nuevo plan de cumplimiento Dish Network asumió la responsabilidad de su acción y aceptó tanto la sanción impuesta como la necesidad de un nuevo plan de cumplimiento, según la FCC. Este acuerdo es considerado por la agencia como un paso importante para demostrar su autoridad en materia de regulación de desechos espaciales.
El precedente clave de la multa por contaminación espacial La FCC estableció a principios de este año la Oficina Espacial, una iniciativa destinada a abordar el crecimiento de la industria de los satélites y reforzar la regulación en este ámbito. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), en los últimos 60 años se han lanzado más de 6,000 satélites al espacio, de los cuales alrededor de 10,590 siguen en órbita y aproximadamente 8,600 están operativos, según datos actualizados hasta el 12 de septiembre de 2023.
El crecimiento de la industria espacial ha sido notorio en los últimos años, con empresas como Starlink, liderada por Elon Musk, lanzando cerca de 4,000 satélites en tan solo cinco años. Estos satélites tienen una masa total de más de 11,500 toneladas, y muchos de ellos no se encuentran en una sola pieza, contribuyendo a la creciente problemática de los desechos espaciales. Actualmente, se estima que hay más de 34,000 objetos de desechos que son rastreados regularmente por las Redes de Vigilancia Espacial, según la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA.
La NASA, la agencia espacial de Estados Unidos, está tomando medidas para abordar este problema y recientemente otorgó un contrato de 850 mil dólares a la empresa TransAstra para evaluar la viabilidad de un plan de limpieza de basura espacial. Este plan involucra el uso de dispositivos tipo “bolsas de captura” adheridos a naves espaciales para recolectar múltiples objetos a la vez.
El consultor de la NASA, Donald J. Kessler, quien desarrolló la teoría conocida como el “Síndrome de Kessler” en la década de 1970, advirtió sobre la posibilidad de que la acumulación de basura espacial en la órbita terrestre baja pudiera provocar colisiones frecuentes con otros objetos en el espacio, como satélites y estaciones espaciales. Estas colisiones, a su vez, podrían generar un “efecto dominó” que contribuiría a la proliferación de basura espacial, lo que podría afectar las operaciones espaciales y la comunicación global, y aunque la probabilidad es baja, existe incluso el riesgo de impacto en la Tierra.
