La economía alemana enfrenta un nuevo desafío, con la revelación del ministro de Economía, Robert Habeck, de una revisión a la baja en las previsiones de crecimiento para el año 2024, pasando del inicial 1,3% al modesto 0,2%.
Este panorama se ve ensombrecido por una “enorme fuga de fondos”, según Friedrich Merz, líder del partido opositor alemán Unión Demócrata Cristiana (CDU), quien ha criticado abiertamente la gestión del canciller alemán Olaf Scholz, acusándolo de ignorar problemas significativos, como esta salida de capitales sin precedentes.
“Tenemos una economía fuerte, pero también puntos débiles notables que la canciller simplemente ignora, como una salida de capitales de una magnitud sin precedentes”, resaltó Merz.
La preocupación por el ánimo empresarial también es evidente en sus declaraciones, donde subrayó la urgencia de implementar “un programa económico inmediato para levantar el ánimo” de las empresas alemanas, destacando que el país podría estar en una situación psicológica peor que su propia economía.
Estas preocupaciones se suman a informes recientes de Bloomberg News que, si bien señalan una mejora en las perspectivas económicas de Alemania después de dos años de crecimiento casi estancado, también advierten sobre la persistente “debilidad industrial” del país y la falta de una solución rápida.
Los datos del Fondo Monetario Internacional respaldan estas preocupaciones, al revelar que Alemania fue la única economía del G7 que experimentó contracción en 2023 y se proyecta que sea nuevamente la economía de más lento crecimiento del grupo en el año actual.
En sintonía con estas inquietudes, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, reconoció la complejidad de la situación al describir que el país se encuentra “en aguas turbulentas” en términos de crecimiento económico para este año, señalando además que la escasez de trabajadores continúa siendo “el problema estructural más amplio” de la economía nacional.