En un golpe inesperado, el diputado Cristóbal Urruticoechea ha renunciado a su posición en el Partido Republicano luego de ser acusado de malversación de fondos públicos. El detonante de esta crisis fue la revelación de un reportaje de Ciper, el cual expuso el uso indebido de una tarjeta exclusiva de parlamentarios para cargar gasolina de manera personal.
La información, divulgada por José Antonio Kast durante una entrevista en Mesa Central de Canal 13, revela un desgarrador panorama para el partido. Kast declaró que se está implementando un nuevo estándar de integridad para los candidatos, con un compromiso ético de diez puntos destinado a evitar futuros escándalos de esta naturaleza.
La acusación se centra en el período comprendido entre 2018 y 2022, durante el cual la exesposa de Urruticoechea, Claudia Küpfner, hizo uso de la tarjeta parlamentaria para cargar gasolina por un valor superior a los $7 millones. Este beneficio, sin embargo, no estaba justificado, ya que Küpfner no desempeñaba ninguna función legislativa.
En sus declaraciones a Ciper, Küpfner explicó que Urruticoechea le había entregado la tarjeta por una cuestión de conveniencia mientras vivían en Los Ángeles. Sin embargo, la promesa inicial del diputado de reembolsar los gastos mensualmente no se cumplió, lo que generó un desfase financiero significativo cuando salió a la luz el escándalo.
Ante estas acusaciones, Kast expresó su aprecio por Urruticoechea y destacó que el asunto ahora está en manos de la justicia. “Hoy el tema está en manos de la Fiscalía. La Fiscalía ha estado llevando a cabo este proceso, que involucra a varios parlamentarios, todos bajo la misma sombra de duda. Espero que la Fiscalía actúe en consecuencia”, afirmó Kast.
Este incidente no solo plantea serias interrogantes sobre la integridad de los políticos, sino que también sacude los cimientos del Partido Republicano en un momento crucial. Con las elecciones en el horizonte, queda por ver cómo este escándalo afectará el panorama político y la percepción pública del partido.