Un reciente informe de la Contraloría General de la República ha puesto al descubierto una serie de irregularidades en la millonaria adquisición de la medialuna de Chillán. La Municipalidad, bajo la administración del alcalde Camilo Benavente, desembolsó una cifra que supera los 3 mil millones por el terreno, permitiendo que la parte vendedora desmantelara la propiedad poco después de la transacción. Además, se descubrió que la propiedad venía acompañada de deudas pendientes de servicios básicos y estaba ocupada por un tercero.
La transacción, que involucró a la histórica Sociedad Fiesta El Caballo Chileno, ha sido duramente cuestionada por la Contraloría debido a su falta de apego a las normativas establecidas y por permitir que se retiraran bienes municipales sin la debida autorización. A pesar de las críticas, la Municipalidad ha defendido la compra argumentando que su objetivo era la construcción de un parque y no la adquisición de los bienes existentes en la medialuna.
La investigación también ha revelado la existencia de deudas de servicios básicos y la ocupación ilegal del inmueble por parte de un trabajador, lo que ha llevado a la Contraloría a iniciar procedimientos disciplinarios y a exigir el desalojo del ocupante. Además, se ha señalado la posibilidad de un conflicto de interés en la asignación de fondos del Gobierno Regional al municipio, relacionado con la participación de familiares de autoridades en la Sociedad Fiesta El Caballo Chileno.
La Municipalidad se enfrenta a duras críticas por su falta de cumplimiento de las formalidades legales y por su gestión de la situación, mientras se espera que las autoridades pertinentes tomen medidas para esclarecer las responsabilidades y garantizar la correcta administración de los recursos públicos.