Si eres usuario de Twitter, seguro que en más de una ocasión te has encontrado con alguna publicación que incluía alguna canción, o fragmento de la misma, que has reconocido rápidamente. Esto, en más de una ocasión, seguramente ha influido en que dedicaras algo más de tiempo a dicho mensaje, algo que a ti te habrá gustado, al creador del mensaje le habrá gustado y a Twitter le habrá gustado. Pero nunca llueve a gusto de todos, y en este caso, a la NMPA no le ha gustado.
Tras esas siglas, NMPA, se encuentra la Asociación Nacional de Editores de Música (National Music Publishers’ Association), el conglomerado musical estadounidense encargado de velar, entre otras cosas, por el estricto cumplimiento de las normativas legales que rigen el uso de todo el material protegido por derechos de autor generado por la industria discográfica. Sí, sé que no suena demasiado bien, pero si profundizamos en su historia, en realidad es mucho peor, pero bueno, esa es otra historia.
Sea como fuere, y representen a artistas que velan por sus creaciones o a grandes inversores que compran y explotan derechos de autor sin prestar interés alguno a conceptos peregrinos como «Uso justo», «Difusión cultural», «Copia de seguridad», etcétera (vaya, se me empieza a notar la inquina), NMPA aprovecha el marco legal, a veces incluso sus esquinas más oscuras, para velar por sus intereses, algo que, nos puede parecer mejor o peor, pero que entra en su derecho.
Así, y según podemos leer en Gizmodo, la NMPA ha demandado a Twitter por 250 millones de dólares, algo que no debe haber encajado demasiado bien en los planes de Elon Musk para recortar gastos. Y, aunque es cierto que buena parte de los males de Twitter se deben a la nefasta gestión y actitud de los últimos meses, en este caso en concreto debemos afirmar que no es culpa suya. O, al menos, que no lo es en su totalidad, pues esta instancia del problema empezó a gestarse en 2021.
En la demanda, la NMPA afirma haber notificado a Twitter sobre más de 300.000 tweets publicados entre diciembre de 2021 y la actualidad, que contenían material protegido por derechos de autor sin contar con la debida autorización para ello. En muchos de esos casos, la entidad habría pedido a Twitter que eliminara dichas publicación, haciendo uso de los poderes que le concede la DMCA, pero a diferencia de lo que ocurre en otras redes sociales, Twitter no habría actuado en este sentido.
Es sabido, por manifestaciones públicas en este sentido, que Elon Musk es detractor de la DMCA, la norma legal aprobada en Estados Unidos a principios de siglo, y que resulta desproporcionada y abusiva en muchos aspectos (sí, aunque alguno se sorprenda, en este aspecto estoy totalmente de acuerdo con Musk). Sin embargo, y gracias a un marco legal cuestionable, Twitter no debería haber descuidado este aspecto y, por lo tanto, debería haber procedido a eliminar dichas publicaciones. Pero si no lo hizo ni siquiera entre finales de 2021 y finales de 2022, cuando todavía contaba con el 100% de su plantilla, parece poco probable que ahora cuente con los recursos necesarios para dar respuesta a este problema.