La NASA ha comenzado a reducir su personal en cumplimiento de una orden ejecutiva del presidente Donald Trump, afectando directamente su papel en la investigación climática. La agencia espacial estadounidense anunció este martes (11.03.2025) la eliminación de la Oficina del Científico Jefe, despidiendo a su líder, Katherine Calvin, junto con otros 22 funcionarios.
Este recorte forma parte de una serie de medidas que la administración Trump ha implementado para disminuir el financiamiento y la influencia de las agencias que trabajan en temas relacionados con el cambio climático, una postura alineada con la visión del presidente, quien ha calificado la crisis climática como una “estafa”.
NASA bajo presión: Fin de la Oficina del Científico Jefe
La eliminación de la Oficina del Científico Jefe supone un golpe significativo para la investigación ambiental en EE.UU. Esta unidad desempeñaba un papel clave en la elaboración de modelos climáticos y en la coordinación de los datos obtenidos por los satélites de monitoreo terrestre de la NASA.
Según Cheryl Warner, portavoz de la NASA, la decisión responde a un esfuerzo por “optimizar la fuerza laboral” dentro del mandato presidencial. Además, señaló que algunos empleados podrían acogerse a un programa de jubilación anticipada.
A diferencia de otras agencias científicas, la NASA había logrado esquivar los recortes más drásticos desde que Trump regresó a la Casa Blanca. Sin embargo, con esta nueva directriz, la agencia entra en la lista de instituciones afectadas por la política de recortes en ciencia y tecnología.
Impacto en la investigación climática
La NASA juega un papel crucial en la recopilación de datos sobre el cambio climático, ya que opera una de las flotas más avanzadas de satélites de monitoreo terrestre. Además, desarrolla modelos climáticos abiertos al público y a la comunidad científica, lo que permite a expertos de todo el mundo analizar tendencias y proyecciones sobre el calentamiento global.
Con la eliminación de la Oficina del Científico Jefe y la salida de Katherine Calvin, se teme que estos esfuerzos se vean gravemente afectados. Calvin ha sido una figura clave en la investigación climática, contribuyendo a informes de Naciones Unidas sobre los impactos del cambio climático y las estrategias de mitigación.
La postura de Trump sobre el cambio climático
Desde su regreso a la presidencia, Trump ha retomado su política de desmantelar iniciativas ambientales. Una de sus primeras acciones fue retirar nuevamente a EE.UU. del Acuerdo de París, argumentando que las restricciones medioambientales perjudican la economía del país.
Además de los recortes en la NASA, la administración ha despedido a cientos de empleados de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), otra institución clave en la investigación climática. Esto forma parte de una estrategia más amplia para reducir el papel del gobierno en la lucha contra el cambio climático.
¿Qué sigue para la NASA?
A pesar de los recortes, la NASA seguirá operando sus programas espaciales, aunque con menos recursos dedicados a la investigación climática. Los expertos advierten que estas decisiones pueden ralentizar el avance de la ciencia climática, dificultando la recopilación de datos esenciales para la comprensión del cambio climático.
Sin embargo, la comunidad científica sigue buscando alternativas. Instituciones académicas y organismos internacionales podrían asumir parte del trabajo que la NASA dejará de hacer, aunque sin los mismos recursos y acceso a tecnología de punta.
Un retroceso en la ciencia climática
El recorte en la NASA representa un revés significativo para la investigación del cambio climático. La eliminación de la Oficina del Científico Jefe y el despido de expertos como Katherine Calvin limita la capacidad de EE.UU. para monitorear y responder a la crisis ambiental.
Con esta medida, la administración Trump refuerza su postura de minimizar el papel del gobierno en la lucha contra el cambio climático, lo que podría tener repercusiones a nivel global en el acceso a datos científicos cruciales para la toma de decisiones ambientales.