El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, ha vuelto a expresar sus preocupaciones sobre el avance de la inteligencia artificial, afirmando que “no hay un botón rojo mágico para detenerla”. En una entrevista con The Economist, Altman abordó el impacto de la inteligencia artificial general (AGI) y el futuro de esta tecnología, reconociendo tanto sus oportunidades como sus riesgos.
Altman es una de las figuras más influyentes en el mundo de la IA y ha liderado el desarrollo de ChatGPT, uno de los modelos conversacionales pioneros desde su lanzamiento a finales de 2022. Sin embargo, pese a su liderazgo en la industria, el empresario reconoce que la IA plantea incertidumbre.
“Habrá un pánico de dos semanas y luego la gente seguirá con sus vidas”
El concepto de inteligencia artificial general (AGI) ha sido un objetivo central para OpenAI y otras empresas tecnológicas. Se trata de un sistema capaz de igualar el razonamiento humano, aprender de la experiencia y resolver problemas sin depender de entrenamiento específico. Sin embargo, Altman considera que el desarrollo de esta tecnología podría generar una reacción inicial de temor.
“Habrá un período de pánico de dos semanas y luego la gente seguirá con sus vidas”, comentó el CEO de OpenAI en la entrevista. Aunque esto podría tranquilizar a quienes temen que la IA reemplace empleos humanos de inmediato, Altman también admitió que no tiene “ni idea de lo que pasará después”.
La IA ha demostrado su potencial con modelos como GPT-4, pero la mayoría de la población aún no comprende completamente su funcionamiento o aplicaciones. Según Altman, la falta de conocimiento generalizado sobre la IA es un desafío clave para su adopción responsable.
Competencia creciente en la carrera de la IA
Pese al liderazgo de OpenAI con ChatGPT, la competencia en el sector se intensifica. La empresa china DeepSeek ha lanzado modelos de IA avanzados que han supuesto un desafío para OpenAI y otros jugadores de la industria, aunque sus problemas de privacidad han limitado su expansión.
Por otro lado, Elon Musk ha entrado en la contienda con Grok 3, su más reciente modelo de IA, que asegura es superior a sus rivales. Microsoft, en alianza con OpenAI, también sigue apostando por la evolución de esta tecnología.
Con el desarrollo acelerado de la IA, las declaraciones de Altman reflejan la incertidumbre que rodea a esta innovación y los dilemas éticos que plantea. A medida que la inteligencia artificial avanza, el debate sobre su regulación, impacto laboral y uso responsable sigue abierto.