El Mundial Sub 20 de 2025 en Chile ya comienza a levantar controversias antes de su inicio. La FIFA ha impuesto estrictas normas respecto a los estadios, descartando aquellos con césped artificial, lo que ha generado un terremoto organizacional. Entre los damnificados están los recintos de Universidad Católica, La Florida y La Calera, que ya no podrán ser considerados como sedes para este prestigioso torneo.
El ente rector del fútbol mundial comunicó a la ANFP que las canchas de pasto sintético no serán permitidas, a pesar de los avances y modernizaciones en dichos estadios. Esto ha obligado a replantear la planificación de las sedes para el campeonato, que será una de las más importantes vitrinas deportivas que recibirá Chile en el mediano plazo.
“Nosotros estamos disponibles, pero sabemos que las ciudades son las que postulan una sede, una comuna. En el caso de Santiago, entendemos que es el Estadio Nacional y hasta la fecha ningún otro organismo gubernamental se nos ha acercado a preguntarnos por el estadio formalmente. Nosotros estamos en condiciones”, señaló Juan Pablo Pareja, gerente general de Cruzados, manifestando su descontento ante la situación.
La ANFP, liderada por Pablo Milad, había propuesto inicialmente 10 ciudades para albergar el evento: Arica, Iquique, La Serena, Coquimbo, Valparaíso, Viña del Mar, Santiago, Rancagua, Concepción y Temuco. Sin embargo, con las nuevas restricciones de la FIFA, las opciones se ven limitadas. Este cambio de criterio, que excluye a los estadios de césped artificial, ha desatado críticas y dejado fuera a recintos emblemáticos como el renovado San Carlos de Apoquindo, que está a un 70% de su remodelación y contará con modernas instalaciones para 20 mil espectadores.
La controversia no es nueva. Anteriormente, en el Mundial femenino de 2015 en Canadá, la utilización de césped artificial generó protestas por discriminación de género. Hoy, la FIFA ha decidido evitar estos materiales por completo en el Mundial Sub 20, haciendo eco de las críticas pasadas y ajustándose a estándares más exigentes para este tipo de competiciones.
Este viernes, una delegación de la FIFA realizará una segunda inspección de los estadios chilenos, buscando garantizar que los recintos cumplan con los elevados requisitos necesarios. La visita abarcará las conurbaciones de Coquimbo-La Serena, Valparaíso-Viña del Mar, y Concepción-Talcahuano, además de Talca y Santiago, evaluando la capacidad logística y las instalaciones necesarias para recibir un evento de tal magnitud, descartando de esta forma a Chillán para albergar algunos encuentros, pese a la intención del Alcalde Camilo Benavente de contar con algunos partidos en el estadio Nelson Oyarzún Arenas, construido precisamente para una cita mundialista el año 2008, siendo sede de la Copa Mundial Femenina sub-20 de ese año y la Copa Mundial sub 17 el año 2015.
La presión es alta y el tiempo apremia. Las ciudades seleccionadas deberán no solo cumplir con los requisitos técnicos, como iluminación LED y adecuados campos de entrenamiento, sino también demostrar una infraestructura de apoyo que incluya aeropuertos cercanos y facilidades para minimizar el tiempo de viaje entre sedes.
Chile enfrenta el desafío de estar a la altura de las expectativas internacionales y asegurar que el Mundial Sub 20 de 2025 sea un éxito rotundo. Las decisiones tomadas en los próximos meses serán cruciales para garantizar un torneo que ponga en alto el nombre del país en el escenario global del fútbol juvenil.