El domingo 2 de junio, México vivió una jornada electoral sin precedentes, renovando más de 20.000 cargos públicos, incluido el de la presidencia. Claudia Sheinbaum, ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, fue elegida presidenta con un contundente 58% de los votos, consolidando la continuidad del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y sus aliados, el Partido del Trabajo y el Partido Verde.
Sheinbaum logró este rotundo apoyo a pesar de la imposibilidad de reelección del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cuya popularidad supera el 60%. Este respaldo ha sido crucial para que Sheinbaum, candidata de Sigamos Haciendo Historia, obtenga un resultado tan sólido.
La coalición opositora Fuerza y Corazón por México, formada por el PRI, PAN y PRD, quedó en segundo lugar con su candidata Xóchitl Gálvez, obteniendo un 29% de los sufragios. En tercer lugar, Jorge Álvarez Maynez de Movimiento Ciudadano consiguió un 11% de los votos, siendo esta la primera vez que su partido compite con boleta propia en elecciones presidenciales.
En el ámbito legislativo, MORENA y sus aliados no solo revalidaron la mayoría absoluta en ambas cámaras, sino que también rozaron la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y están cerca de lograrla en el Senado. Con la posibilidad de alcanzar los dos tercios en ambas cámaras, el bloque oficialista podría facilitar una reforma constitucional.
A nivel territorial, ocho estados renovaron a sus gobernadores: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, además de la Ciudad de México. MORENA y sus aliados, que ya gobernaban en 23 de los 32 estados, podrían ampliar su dominio conforme avancen los escrutinios locales.
El éxito de MORENA en estas elecciones confirma la fortaleza del partido en el panorama político mexicano, a pesar de la alianza opositora que intentó frenar su avance. La popularidad de AMLO ha sido un factor clave en este resultado, permitiendo a Sheinbaum asumir con una clara continuidad política el 1 de octubre de 2024.
Sin embargo, la nueva presidenta enfrentará el desafío de combatir el crimen organizado, un tema que ha marcado la campaña electoral, la cual estuvo empañada por la violencia política que dejó 749 víctimas, de las cuales 231 fueron asesinadas. La gestión de Sheinbaum será observada de cerca en este aspecto, determinante para el futuro del país.