La Fórmula 1 se despidió de Sebastian Vettel a finales de la pasada temporada, cuando dijo adiós a la máxima categoría del automovilismo después de conquistar cuatro títulos mundiales y el corazón de la mayoría de los aficionados por sus acciones fuera de la pista. El alemán decidió echarse a un lado para dedicar más tiempo a su vida privada con su familia, sin especificar si regresaría o no a la competición, pese a que todos sus seguidores querían su vuelta de un modo u otro.
Finalmente, el teutón volverá a ponerse a los mandos de un Fórmula 1, y será de una forma muy especial. El germano se subirá a uno de los coches de Red Bull, el RB7, y aunque no será en una sesión oficial de un gran premio, lo hará en uno de los trazados más famosos y únicos de todo el mundo, con combustible sostenible, como viene siendo habitual en él.
A través de una publicación en la cuenta de Instagram de la marca de las bebidas energéticas en Alemania, se daba una pista de que el tetracampeón regresaría a endosarse el mono de Milton Keynes en septiembre para una exhibición en el Nürburgring Norschleife.
Con su habitual casco con la bandera germana, el perfil de Red Bull hacía indicar que era Sebastian Vettel, y los rumores se incrementaron cuando el propio equipo de Fórmula 1 comentó la publicación.
A él se sumará Daniel Ricciardo, quien ya estaba confirmado desde hace algunas semanas para el fin de semana del 8 al 10 de septiembre. El australiano probará el monoplaza que fue campeón en la temporada 2012, precisamente con el que el retirado teutón consiguió su segundo título en el Gran Circo, el RB8.
De esta forma, Vettel volverá al morado que con el que tantos éxitos cosechó en el pasado, algo que no hace desde el Gran Premio de Abu Dhabi 2014, cuando se despidió de la firma que había sido su casa durante años, para intentar cumplir el sueño de ser campeón con Ferrari, emulando al que fue su ídolo, Michael Schumacher, pero que no pudo hacer.